Hace tiempo que mis alegrias sentimentales estaban supeditadas a una oscilación continua de placer y temor, ayer y hoy han habido momentos de aterrizaje para pensar mas que para sentir, tiempo para enfrentarme a mi mismo sin evasivas y constatar mis certezas y vaguedades.
Tengo que aprender de mis errores y aciertos, tengo que definir y encauzar mi proyecto afectivo emocional, tengo que afirmar mi voluntad en la voluntad de Dios, tengo aceptar perdidas que causan dolor íntimo a una parte de mi alma que es tierra movediza, para que se transforme en terreno firme y fertil para los años que vendrán.
Creo que llegó la hora de dejar partir a una hija Amada de Dios que se llama Nicole.
Lo unico que le digo a Dios en estos momentos es: "Concedeme el discernimiento de verte -mas alla de esa aparente y atroz ausencia- acompañandome, guiandome, consolandome, fortaleciendome y alimentandome..."
Si hoy estoy de pie y quiero seguir caminando en esta vida, es solo por la gracia de Dios y por las personas que él ha puesto a mi alrededor para sostenerme, sujetarme y quererme".
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