Muchas cosas duelen en esta vida, una de ellas es la desilución que nos causa aquella persona íntima a quien hemos llegado a amar, es aqui donde tenemos la posibilidad de elegir -aunque no resulta sencillo- entre recriminar con rabia o perdonar con cariño sincero...pero aún mas, es esta la oportunidad para salir de la frustración y la pena y agarrarse de la esperanza que nos ofrece Dios.
Señor te agradezco los bellos momentos que me has permitido vivir con una mujer, los que no han sido gratos, me enseñan a depender mas de ti y mejorar mi propia persona en cuanto a la forma de ser.
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