He decidido soltar a una amiga que comencé a amar...ayer me causaba mucho dolor, hoy no tanto, lo bueno es que al soltarnos, ambos no caeremos en el vacío, sino en las cálidas y acogedoras manos de Dios, el será nuestro refugio, nuestro abrazo y nuestra dirección...estoy aprendiendo recien a querer con desapego...
Gracias Dios, por que hoy hiciste posible una conversa que acabó con el temor y la incertidumbre, por el nuevo anillo que he recibido, por que me hablaste de mi proyecto de vida a traves de un hombre de Dios y porque tengo una familia que me acoge con cariño...Gracias Dios por la paz que derramas en mí.
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